Mar. 26 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 6:37 pm

Argentina: el globo de ensayo policial para un golpe



Policías activos, retirados y exonerados de algunos municipios de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, alentaron al menos 25 protestas contra el gobernador Axel Kicillof, del oficialista Frente de Todos, y algunos manifestantes terminaron asediando la residencia presidencial.

El motivo aparente de la protesta fue el reclamo de mejoras salariales, pero al parecer hay más en el fondo.

Una protesta que exigía algo ya concedido

Las protestas policiales ocurridas durante esta semana incluyeron el apoyo del jefe del cuerpo de Policía Bonaerense, Daniel “El Fino” García. El pasado lunes 7 comenzaron a congregarse frente a la sede de la gobernación, en la ciudad de La Plata. También protestaron en localidades como La Matanza, Lanús, Mar del Plata y Bahía Blanca, entre otros lugares.

El martes 8 inició una movilización de 500 uniformados y de civil en un cuartel ubicado en Puente 12, La Matanza, hacían declaraciones a la prensa pero no pudieron elegir una comisión que dialogara con las autoridades y entregara un petitorio, debido a que sus demandas ya estaban concedid



Ese día, en conferencia de prensa, representantes del gobierno provincial aceptaron que existe “un retraso del 30%” en el salario policial y recordaron que hay aumentos previstos en un Plan Integral de Seguridad que se anunciaría en unos días.

La tensión llegó a un punto límite cuando Oscar Pagano, un oficial veterano, subió a una torre de energía y amenazó con lanzarse al vacío por la supuesta falta de respuesta al reclamo por parte del gobierno. El uniformado perdió a un hijo durante un robo en 2018 y sus compañeros dijeron que se encuentra en una situación emocional límite.

También hubo protestas de policías activos y retirados junto con sus familias en las provincias de Río Negro, Corrientes, Jujuy y Chubut. En esta última el gobierno de Mariano Arcioni, de Chubut Somos Todos, mantiene un largo conflicto con trabajadores estatales debido a las prolongadas demoras en el pago de los salarios.

Los ingresos policiales han mermado a causa de la cuarentena por la pandemia global, al no haber horas extras por partidos de fútbol, tampoco actividades como desvalijamientos, prostitución, banca o gastronomía, en resumen, disminuyeron los “negocios” que completaban los sueldos.

Eventos en la Quinta de Olivos: asedio y estruendo

El miércoles 9 decenas de manifestantes, miembros de la Policía Bonaerense y vecinos de la zona, cercaron la Quinta Presidencial de Olivos con vehículos patrulleros y armas reglamentarias. Además circularon por sus inmediaciones con una actitud que los testigos califican de sediciosa y golpista, ello causó un fuerte repudio de dirigentes del oficialismo y la oposición, que coincidieron en que es “inadmisible” una manifestación con armas frente a la residencia del presidente Alberto Fernández.

Hicieron presencia con bocinazos y estruendo de sirenas alrededor de la zona y, cuando los invitaron a entrar para realizar sus planteos, se negaron. Luego exigieron que saliera el Presidente y, al final, que la reunión con sus voceros fuera televisada.

Un vecino de la zona, llamado José María Álvarez, fue detenido por arrojar una bomba molotov contra uno de los paredones de la residencia. Un juez federal dispuso su detención el mismo día.

Le pido a la Policía Bonaerense que democráticamente deponga su actitud”, reclamó esa noche el presidente Alberto Fernández en cadena oficial junto a Kicillof e intendentes del conurbano bonaerense del oficialismo y la oposición. El presidente consideró que es “sensible” a la protesta de los efectivos de la fuerza de seguridad y que “hay que encontrar una solución”.

Este no es el modo, les pido que reflexionen y que cesen cuanto antes con esta mecánica”, dijo al cuestionar que la protesta se hubiera realizado con vehículos patrulleros y que dejaran “a merced de quien delinque la suerte de los ciudadanos”.

Más temprano el presidente argentino ya había repudiado el accionar de los efectivos, durante un acto junto a Kicillof en la localidad de Quilmes aseguró que “el problema no se resuelve escondidos en patrulleros y tocando bocina”.

Además, sostuvo que el gobierno no se hará el “distraído” y “afrontará el problema (…) No es ético aprovechar este momento para profundizar la crisis y reclamar cosas que a veces son difíciles de resolver”, planteó, y pidió “no hacer caso a las voces apocalípticas”.

Rastros de agitación opositora

Los referentes de la protesta son oficiales o suboficiales que tuvieron peso durante la gestión de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, de la alianza Cambiemos, formación que reclamó al actual gobernador que “atienda los reclamos salariales” sin rechazar que hubieran funcionarios armados.

Además, durante la transición de un gobierno a otro, no hubo cambios en la conducción y tampoco ascensos. Las autoridades agregan que “hay un atraso desde hace años en los ingresos, en la capacitación y en la jerarquización”.



La “protesta”, alentada por los mismos actores políticos que dejaron crecer los problemas que la ocasionaron, se trata de una clara y trascendente ruptura de la disciplina. Días antes Florencia Arietto, ex asesora del Ministerio de Seguridad que lideró Patricia Bullrich, habló de “una situación de reclamo general, vamos a decirlo así porque yo no puedo hablar de sublevación”.

Buena parte de los autodenominados voceros de la protesta son retirados o exonerados de la fuerza, acusados de la comisión de diversos delitos. Otros son militantes de Juntos por el Cambio que buscan aprovechar el descontento policial para afectar la gobernabilidad.

¿Globo de ensayo contra Fernández?

Alberto Fernández anunció la creación de un fondo de fortalecimiento financiero para la provincia de Buenos Aires y se le reintegrará un punto de la coparticipación federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (entidad federal más rica).

El presidente comparó los sueldos de las fuerzas de seguridad de las dos jurisdicciones: “El salario inicial es de 49 mil pesos en la Ciudad y en la provincia 37 mil 500”. Se calcula que son 35 mil millones de pesos, que servirán para nivelar los sueldos en ambas jurisdicciones.

Resuelta la parte financiera del tema salarial, finalizó la protesta. La decisión de redistribuir los fondos disgustó a la oposición, la ex ministra Bullrich dijo que la palabra de Fernández “no vale nada”.

Desde la Casa de Gobierno de La Plata, Kicillof, acompañado por el gabinete provincial y por videoconferencia por intendentes de toda la Provincia, detalló que el Plan Integral de Seguridad incluye las medidas anunciadas antes de las protestas.

El jueves 10 el gobernador Kicillof presentó el Plan Integral de Seguridad para la provincia de Buenos Aires, que incluye una restructuración salarial para efectivos de la policía y un plan estratégico de formación: “Hemos tomado una decisión política de fondo que salda una deuda histórica del estado provincial con su policía”, y agregó: “Si queremos construir una política de Estado en materia de seguridad los salarios de la policía tienen que estar a la altura de las circunstancias”.

Tras ello los funcionarios volvieron a sus puestos y funciones, se dirigieron a las comisarías donde se desempeñan y quedó prácticamente normalizada la situación. En sus redes sociales remarcaron su expectativa de que Kicillof “cumpla y haga una mesa de diálogo” y plantearon: “Podemos estar de acuerdo o no con el anuncio pero se logró algo muy bueno, es el primer paso”.

Organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, sindicales y políticas, sectores universitarios y científicos manifestaron su apoyo a Fernández y a Kicillof frente a lo ocurrido. La Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) declaró que la oposición busca “alterar el funcionamiento de la democracia” y mostró asombro ante el reclamo del cuerpo policial que “no se manifestó durante cuatro años de ajuste macrista”.

La finalizada jornada de “protesta” hace recordar los hechos del 30 de septiembre de 2010 contra el entonces presidente ecuatoriano Rafael Correa y los hechos más recientes ocurridos en octubre de 2019 donde la policía participó en el golpe contra Evo Morales.

Es posible que el timbre de una derecha encaminada a dar un golpe de estado haya sonado, queda por ver si Alberto Fernández tiene la capacidad de maniobra hasta ahora demostrada para afrontar con determinación lo que parece venir.

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