Al resultar electo Luis Arce como presidente del Estado Plurinacional de Bolivia en el año 2020, evento que le permitió al país regresar a la normalidad política y constitucional tras el golpe de Estado de finales de 2019, se retomó la trayectoria interrumpida del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), desde el cual se plantea un esquema de extracción y aprovechamiento de las materias primas mediante la participación activa del Estado, con los sectores de hidrocarburos y minería como pivotes del enfoque nacional y soberano en el manejo de los recursos estratégicos de Bolivia.
Basado en el MESCP, el gobierno de Arce impulsó el Plan de Desarrollo Económico y Social 2021–2025 bajo la premisa: "Reconstruyendo la Economía para Vivir Bien, Hacia la Industrialización con Sustitución de Importaciones". A partir de la aprobación de este instrumento se vienen implementando medidas pautadas para distintos plazos, cuyo núcleo y soporte es el litio.
De acuerdo con el plan, Bolivia cuenta con 21 millones de toneladas de litio solo en la superficie del salar de Uyuni, en Potosí. No obstante, existen otros salares que evidentemente aumentan su acumulado total de reservas, las cuales superan las de Australia, país que a pesar de ser el mayor productor de litio del mundo apenas cuenta con 13,2 millones de toneladas en reservas del mineral.
La meta del numeral 4.2 del plan del gobierno de Arce se basa en profundizar la industrialización en Bolivia a los fines de incrementar la producción de litio, a través de medidas de desarrollo de plantas de refinación y otros proyectos afines que impulsen la industria en este sector y que generen valor agregado en las exportaciones del susodicho elemento.
Uno de los obstáculos para extraerlo por medios tradicionales en el salar de Uyuni radica en que este mineral contiene altos niveles de magnesio, lo cual complejiza el proceso de separación para obtenerlo en condiciones de alta pureza y en grandes concentraciones.
Aunado a ello, las condiciones climáticas en esa región afectan la extracción mediante tecnología tradicional; el clima relativamente lluvioso tiende a disolver la capa superficial de sal. En el caso de Argentina y Chile, por ejemplo, los reservorios de sal son más secos, lo que facilita la extracción del mineral.
Por ende, uno de los retos de Bolivia con respecto al litio es implementar nuevas tecnologías en aras del desarrollo del parque industrial, un propósito que debe contar con importantes flujos de inversión —nacional y extranjera—, experticia e impulso a la innovación en sectores no tradicionales.
En diciembre de 2022 el portal de noticias estadounidense Mongabay, en señal de una intensa competencia empresarial y geopolítica por la explotación de las reservas de litio bolivianas, informó que el gobierno de Arce evaluaba ofertas de varias empresas extranjeras para explotar el recurso, e indicó que cuatro empresas chinas (CATL/CMOC, CITIC Guoan/CRIG, Fusión Enertech y Xinjiang TBEA Group), una estadounidense (Lilac Solutions) y una rusa (Uranium One Group) se disputaban licitaciones.
Los intereses de Estados Unidos
En 2017 el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suscribió la Orden Ejecutiva 13817 como un primer paso administrativo para mejorar la gestión de minerales esenciales en Estados Unidos, asegurar el suministro y reducir la dependencia de esa clase de recursos por asuntos de seguridad nacional.
Después, en mayo de 2018, el Departamento de Interior de Estados Unidos publicó la lista de materias esenciales que incluye el litio, vital para el funcionamiento del sector tecnológico de la economía estadounidense.
En un reporte del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos sobre la política pública de ese país para los minerales esenciales comentan que en ciertos sectores políticos de Washington surgieron preocupaciones por el avance de China como productor dominante en el sector minero.
Ante esto, la entidad considera que los productores de la nación asiática buscan no solo expandir su capacidad en el país sino también "continuar negociando acuerdos de suministro a largo plazo o crear sociedades de capital en todo el mundo", especialmente en América del Sur, con prevalencia en el litio.
Basado en esto, en enero de 2023 se observó el enorme interés del gobierno estadounidense en el mineral ubicado en Suramérica, a juzgar por la entrevista que brindó la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, al think tank Atlantic Council: "¿Por qué está región importa? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras. Tienes el triángulo del litio, el cual es necesario para la tecnología; hoy en día 60% de esa materia se encuentra en el triángulo del litio entre Argentina, Bolivia y Chile".
Al momento de esa declaración había pasado muy poco tiempo de haberse firmado un acuerdo sustancioso para la producción de litio entre Bolivia y China.
También Richardson expresó preocupación sobre el apoyo que sus adversarios euroasiáticos reciben en la región. Además, en marzo de 2023, cuando Richardson participó en una audiencia ante el Congreso estadounidense, enfatizó que Latinoamérica es sumamente importante "para la defensa de la patria" porque tras su gira por la región pudo confirmar que la seguridad de Estados Unidos "se ve afectada directamente" debido al apoyo financiero de China y Rusia a otros países.
During testimony before the #HASC March 8, #SOUTHCOM Commander Gen. Laura Richardson discussed the People’s Republic of China’s continued expansion in #LatinAmerica & the #Caribbean. pic.twitter.com/x0cy61RjQu
— U.S. Southern Command (@Southcom) March 8, 2023
El reporte ya citado del CRS indica que la política minera de Estados Unidos alienta el sector privado nacional a explorar, producir y procesar esas sustancias, sin embargo, hacen la salvedad de que algunas materias primas no existen en cantidades suficientes en su territorio, lo que deja entrever el déficit de recursos a escala interna y la necesidad de buscar fuentes de suministro en el exterior.
En 2021 la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, publicó el "Plan Nacional para Baterías de Litio", desarrollado por el Consorcio Federal para Baterías Avanzadas, como una hoja de ruta de inversiones alrededor de ese elemento por parte de la administración Biden de cara a "establecer una cadena de suministro segura de materiales y tecnología para baterías que respalde la competitividad económica de Estados Unidos a largo plazo".
Cabe destacar que Estados Unidos posee 3,6% de las reservas mundiales de litio, y además cuenta con la empresa Silver Peak, la cual ha estado produciendo litio desde la década de 1960; actualmente es la única compañía en ese ámbito de Estados Unidos. Esto significa que ese país debe obtener la mayor parte del mineral que necesita en el extranjero.
Esta situación contrasta con China. La consultora Wood Mackenzie estima que el país asiático representa casi 75% de la capacidad de fabricación de baterías de iones de litio del mundo.
En cuanto al acercamiento de grandes empresas estadounidenses a Bolivia, en 2021 el The New York Times publicó que EnergyX, una compañía de ese país con tecnología avanzada en exploración y procesamiento del litio, había entrado a la contienda con empresas de China y Rusia para establecer proyectos pilotos del mineral en territorio boliviano.
En ese entonces el CEO de EnergyX, Teague Egan, comentaba que tal país andino era "la nueva Arabia Saudita", refiriéndose a la importancia de sus reservas. A finales de 2021 esta empresa instaló la primera de tres plantas piloto para operar en el salar de Uyuni, cuya proyección era suplantar los métodos de extracción actuales mediante el mejoramiento del costo, del tiempo y del rendimiento.
No obstante, en 2022 EnergyX anunció que Yacimientos de Litio Bolivianos les informó que "avanzarán en sus esfuerzos de comercialización sin nosotros (EnergyX)", debido a que no entregaron el reporte correspondiente a los resultados de las pruebas piloto de su técnica de extracción directa.
Dada la importancia del litio para Estados Unidos, no se descartan las posibilidades de ejecución de distintas formas de presión por medio de sus grandes corporaciones para entrar en el circuito de producción en Bolivia.
En su blog, el Center for Strategic and International Studies (CSIS), un think tank establecido en Washington, hizo referencia al año 2013, cuando el expresidente Evo Morales expulsó formalmente a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) y señaló que ese órgano "ya no puede actuar como intermediario para inversionistas privados, el gobierno y las ONG".
Esta declaración pudiera evidenciar el papel destacado de las ONG financiadas por Estados Unidos en los mencionados mecanismos de presión para adentrarse en las ventanas de inversiones de Bolivia, específicamente en el sector litio.
China punteando en la carrera
A finales de enero de 2023 se pudo concretar la suscripción de los acuerdos con CATL BRUNP & CMOC (CBC) para la implementación de dos complejos industriales con la tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL) en los salares de Uyuni, en Potosí, y Coiasa, en Oruro. La empresa invertirá mil millones de dólares en la erección de esas instalaciones.
En marzo pasado el presidente de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), Carlos Ramos, anunció que "Bolivia firmaría acuerdos con otras cuatro empresas, no solo con la china CBC, para explotar el litio". Con ello se refiere a la rusa Uranium One Group, la estadounidense Lilac Solutions, y las chinas Citic Guoan y Tbea Group, quienes participaron en la convocatoria internacional.
Sobre este asunto, Ramos comentó que "Bolivia tiene derecho soberano a elegir sus socios del país que considere mientras respete las reglas nacionales para la industrialización del litio", y categorizó como infundados los temores estadounidenses sobre las perspectivas e influencia regional del "triángulo del litio", en referencia a las declaciones de Laura Richardson:
"Las declaraciones de la jefa del Comando Sur de Estados Unidos sobre el litio son una alusión muy subjetiva hacia nosotros (Bolivia) porque, de una manera u otra, en Argentina y Chile son empresas estadounidenses las que están realizando la explotación del litio".