La economía de Alemania experimenta una contracción de 0,3%, por lo que técnicamente entró en recesión en el primer trimestre del 2023. La Vanguardia recoge de las cifras oficiales que esta es segunda caída consecutiva de su Producto Interno Bruto (PIB) tras la registrada en el último trimestre del año pasado, que fue de 0,5%.

Los datos fueron publicados este jueves por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), que hasta el momento no se refería al fenómeno como recesión sino como un mero estancamiento. Pero la verdad es que acumula dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB.

Desde 2020, en el contexto de la pandemia, no se registraba una fuerte caída del PIB. Si bien la robustez de su economía parecía contener los coletazos del efecto de la guerra en Ucrania, además de que buscaron fuentes energéticas alternativas a las baratas que ofrecía Rusia, de igual manera se contrajo la economía, llegando a registrar el peor comportamiento entre las grandes economías de la eurozona. En el país europeo la contracción fue notoria por la baja del consumo debido a la inflación y al alza de precios.

Aun así las autoridades alemanas son optimistas en sus proyecciones, ya que estiman una gradual recuperación de la actividad económica durante este año. Confían en cerrar con un crecimiento de 0,4% del PIB.

Los que no son nada optimistas son los empresarios alemanes. Un estudio hecho por la Asociación de Cámaras de Industria y Comercio de Alemania (DIHK) arroja que la comunidad empresarial les tiene poca fe a las perspectivas de crecimiento de la economía más grande de la UE.

Recoge RT que las 21 mil empresas que participaron en la encuesta dijeron que había pocas señales de mejora en el entorno económico: "Las perspectivas para los próximos 12 meses siguen siendo turbias, especialmente porque los pedidos entrantes están disminuyendo notablemente en el lado de la demanda", dijo Ilja Nothnagel, directora general de DIHK, en un comunicado.