Ecuador está atravesando una crisis política que devino en el segundo intento de destituir al presidente Guillermo Lasso en menos de un año desde el Congreso. La primera iniciativa parlamentaria fue propuesta por la oposición en junio del año pasado, cuando solo se consiguieron 80 votos de los 92 que necesitaban para remover el gobierno.

Estas dos últimas semanas serán cruciales para saber cuál será el desenlace del drama que vive el país suramericano. El pasado 10 de mayo la Asamblea, de mayoría opositora, dio luz verde al juicio político contra Lasso por corrupción y el martes 16 inició el proceso para someter a consideración si se le da continuidad o no al actual ejercicio presidencial.

La oposición lo acusa de "peculado" o malversación de fondos públicos por no actuar tras, supuestamente, tener conocimiento de que algunos funcionarios otorgaron a terceros, de forma fraudulenta, varios contratos de la empresa estatal Flota Petrolera de Ecuador (Flopec). Además de eso, el gobierno de Lasso enfrenta una de las mayores crisis sociales por inseguridad, violencia criminal y narcotráfico.

El presidente ecuatoriano se defendió este martes 16 de mayo de la acusación de presunto peculado y se esperaba que el juicio se extendiera hasta hoy. En caso de ser destituido sería reemplazado en el cargo por el vicepresidente del país, Alfredo Borrero, quien ocuparía el cargo hasta 2025.

Sin embargo, este miércoles 17 el presidente Lasso, mediante un decreto, disolvió la Asamblea Nacional por "grave crisis política y conmoción interna" en conformidad con el artículo 148 de la Constitución. Asimismo, se notifica al Consejo Nacional Electoral que convoque elecciones en un plazo de siete días. La reacción y el desenlace están por verse debido a que las fuerzas políticas del correísmo y el resto de la oposición a Lasso mantienen presión y movilización frente a la presidencia.