En una semana la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, inyectó alrededor de 300 mil millones de dólares en el sector bancario. Más del doble que cuando se intentó salvar este mismo sistema en 2008.

La entidad financiera no esperó hasta el 22 de marzo y dispuso la imprenta de dólares a plena capacidad.

Se trata del impulso crediticio más poderoso en la historia de la Reserva Federal: Se emitieron más de 300 mil millones por semana a los bancos en virtud de varios programas de préstamos a través de ese órgano.

Para medir la magnitud del frenesí monetario: Durante la crisis pandémica de covid, la inyección semanal máxima en programas de crédito fue de poco más de 80 mil millones, y durante la crisis financiera de 2008, en la segunda semana después de la quiebra de Lehman Brothers, la Reserva Federal emitió 146 mil millones de dólares.

Después de la quiebra de esta última entidad el 15 de septiembre de 2008, la Reserva Federal otorgó a los bancos más de 810 mil millones de dólares —además 100 mil millones en operaciones de repo en el transcurso de nueve semanas— y fue toda la asistencia incorporada durante la fase más aguda de la crisis. Aparte se dieron más de 500 mil millones de dólares a través de líneas de intercambio con bancos centrales extranjeros para mantener la liquidez en dólares.

Si agregamos todas las categorías del balance de la Reserva Federal, en 2008, en los primeros tres meses después del colapso de Lehman Brothers, la asistencia acumulada en todas las direcciones ascendió a aproximadamente 1,3 billones de dólares. Este volumen fue reemplazado por el programa de flexibilización cuantitativa en 2009-2010 por una cantidad comparable, pero a una intensidad mucho menor.