Desde que empezó la guerra en Ucrania los países europeos han hecho todo lo posible para acabar con su dependencia energética de Rusia, lo que representa un gran reto debido a que cerca de 90% de la energía proviene del país euroasiático.
En esa búsqueda desesperada de alternativas al combustible ruso, el gobierno de Francia se embarcó en un proyecto para construir media docena de reactores nucleares que deben entrar en servicio entre 2037 y 2050. Con ello supuestamente dejaría de estar sujeta al gigante eslavo y, al mismo tiempo, contribuiría con la transición ecológica.
Sin embargo, cambiaría una dependencia por otra ya que casi 50% de las exportaciones de uranio a Francia se hace a través de Rosatom, una corporación estatal de energía nuclear rusa con sede en Moscú, que además fue fundada por el presidente Vladímir Putin.
Cabe destacar que por esta razón Francia bloqueó más de una vez las "sanciones" contra el sector nuclear de Rusia. Rosatom es una de las más grandes en la industria de este tipo de energía con fines civiles en el mundo y controla casi la totalidad del uranio natural a escala global.
El gobierno de Emmanuel Macron queda en ridículo tratando de "liberarse" de la dependencia energética de Rusia a través del uranio proveniente de este país. El chiste de nunca acabar.