La Comisión Especial de Investigación del Senado brasileño sobre el manejo del gobierno del coronavirus ha acusado al presidente Jair Bolsonaro de cometer nueve delitos. Ya el miércoles, el informe final de la comisión será presentado para su análisis a la Fiscalía General de la República, al Supremo Tribunal Federal y al presidente de la Cámara Baja del Parlamento brasileño, que es el encargado de iniciar el proceso de destitución. También se enviará una copia del documento a la Corte Penal Internacional.

Los senadores aprobaron el martes por mayoría un informe de acusación que culpa a 78 personas y dos empresas de la crisis coronaria del país. Entre ellos se encuentran el presidente Bolsonaro, sus tres hijos, seis ministros actuales y anteriores, diputados, médicos y empresarios.

El gobernador del estado de Amazonas, Wilson Lima, y el ex ministro de Sanidad del estado, Marcellos Campello, también fueron nombrados en la versión final del informe. La propagación explosiva de un virus que surgió en la región amazónica de Brasil ha tenido consecuencias catastróficas. Las autoridades y el sistema sanitario del estado no pudieron controlar la situación. Se trajeron tanques de oxígeno de todo el país, e incluso desde Venezuela.

Los senadores acusan al jefe de Estado de crear una epidemia mortal, violar las medidas sanitarias preventivas, charlatanería (por promover ciertos medicamentos y tratamientos para el coronavirus), incitación al delito (por instar a la gente a no usar mascarillas ni vacunarse), falsificación, malversación de fondos públicos, abuso de poder, violación de los derechos sociales y acciones incompatibles con la dignidad, el honor y el cargo.

En base a este informe, los abogados prepararán una nueva solicitud de apertura de juicio político contra Bolsonaro.