Colonos israelíes intentaron invadir el recinto de la mezquita de al Aqsa (Jerusalem), escoltados por el ejército del Estado sionista de Israel, cuando feligreses musulmanes hacían el primer rezo de la mañana en la mezquita.

El suceso forma parte de una serie de ataques de las fuerzas israelíes contra las protestas en Palestina relacionadas al reconocimiento del Gobierno de Estados Unidos de Jerusalén como capital de Israel.

El sábado, sionistas fueron transportados en autobuses a Sheij Jarrá heikh Jarrah en Jerusalén. Los colonos israelíes respaldados por Tel Aviv entraron en la localidad y aterrorizaron a los palestinos desarmados. Los residentes pidieron refuerzos para proteger el territorio.

La cifra de heridos llega casi a las 500 personas. La inmensa mayoría de las víctimas, incluidos menores, resultaron heridos por balas de goma disparadas por las fuerzas de seguridad israelíes, y por fragmentos de granadas.

Una persona fue atropellada por un sionista radical y falleció más tarde, según reportes en redes sociales.

Las tensiones en Jerusalén comenzaron a aumentar a mediados de abril. El 7 de mayo, el ataque de la policía israelí a los palestinos comenzó en dos lugares a la vez: en el Monte del Templo (lugar sagrado para musulmanes y judíos en Jerusalén) y en la región de Sheij Jarrá, donde las fuerzas de seguridad están desalojando a varias familias palestinas.

Tel aviv justificó la represión con las medidas de restricciones por la pandemia de covid. El pasado fin de semana se congregaron más de 90 mil musulmanes para rezar en la zona de la Mezquita de Al Aqsa coincidiendo con el último fin de semana del mes santo musulmán del Ramadán. El sábado se celebró la Noche del Destino o Lailat al Qadr, que conmemora la entrega del Corán al profeta Mahoma.