Con la sentencia de culpable de todos los cargos al asesino de George Floyd, el expolicía Derek Chauvin, son apenas cinco los policías que han sido condenados por asesinato en los últimos 15 años, mientras que las muertes civiles por tiroteos de policías promedian en 1 mil de manera anual en Estados Unidos.
Cabe recordar que el asesinato de Floyd fue la chispa de una oleada de protestas a lo largo y ancho de los Estados Unidos desde mayo de 2020, muy disminuidas últimamente.
En un paper estadounidense de 2019, "On-Duty Shootings: Police Officers Charged with Murder or Manslaughter, 2005-2019", afirma que:
"Desde principios de 2005 (hasta el 24 de junio de 2019), ha habido 104 agentes del orden público juramentados no federales con poderes generales de arresto (por ejemplo, agentes de policía, alguaciles adjuntos, policías estatales, etc.) que han sido arrestados por asesinato u homicidio involuntario resultante de un tiroteo en servicio en el que el oficial disparó y mató a alguien en incidentes en todo Estados Unidos. De esos 104 agentes, hasta la fecha sólo 35 han sido condenados por un delito resultante del tiroteo en servicio (15 por declaración de culpabilidad, 20 por juicio con jurado y ninguno condenado por un juicio de juez).
"En los casos en que un oficial ha sido condenado, a menudo es por un delito menor. Solo cuatro oficiales han sido condenados por asesinato (hubo cuatro oficiales cuyas condenas por asesinato fueron anuladas, pero los oficiales fueron luego condenados por delitos federales derivados del mismo incidente). Los cuatro oficiales condenados por asesinato recibieron sentencias de encarcelamiento que oscilaron entre 81 meses y 192 meses de prisión, con una pena de prisión de duración media de 150,75 meses.
Dicha información contrasta con datos de la realidad: Estados Unidos es el país con la mayor tasa del mundo por lejos en cuanto a civiles asesinados por la policía: 33,5 son tiroteados a muerte por cada 10 millones de habitantes, un promedio mucho mayor que el segundo en la lista: Canadá, con 9,8 cada 10 millones. Lo que demuestra que los múltiples Chauvin en ese país no son "manzanas podridas" sino que existen como regla estructural de los departamentos policiales estadounidenses.