La jefatura del Ejército de Colombia reconoció este miércoles 10 de marzo que conocía la posibilidad de que existieran menores de edad en el campamento de un grupo armado irregular que fue bombardeado en el municipio Calamar del departamento de Guaviare el pasado día 2 de marzo, en Colombia.

El ejército colombiano, al dar parte de la acción ese mismo día, informó que había ocasionado 10 bajas al grupo armado irregular, sin hacer mención a que ninguno tuviera la condición de menor de edad.

El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, basó la "legitimidad" de la acción armada en el hecho de que la misma iba dirigida contra "Gentil Duarte", líder de la estructura irregular atacada (disidencias de las FARC).

Molano dijo también que el bombardeo fue legítimo porque el grupo irregular que actúa en la zona se caracteriza por reclutar menores de edad, lo que los convierte en "máquinas de guerra".

"Nosotros sabíamos que allí había estructuras que participaban del hostigamiento y que eran jóvenes. La edad y sexo sería determinada por la Fiscalía (...) Aquí están haciendo una afirmación que había 12 niños. Aquí lo que había era máquinas de guerra planeando acciones terroristas", fueron parte de sus afirmaciones.

En una entrevista con un medio colombiano, el Ministro de Defensa dijo:

"Nuestro Ejército planea operaciones contra estructuras que planifican hostilidades. Aquí lo que tenemos son niños que hacen parte de una estructura de guerra, capaz de cometer atentados. La información que sacaron estas organizaciones debe ser verificada por la Fiscalía y Medicina Legal, mientras tanto lo que hay es una operación legítima contra una estructura criminal".

Lo criminal es la actitud del sector castrense del gobierno colombiano, que parece no medir la diferencia entre el combate contrainsurgente y la violación sistemática de los derechos humanos de la población civil.