Una investigación del parlamento italiano determinó que un equipo secreto de la CIA encabezado por el agente Theodore Shackley estuvo involucrado en el secuestro y asesinato del primer ministro italiano Aldo Moro. Este agente es reconocido por estar involucrado en las intervenciones de política exterior más escandalosas de Estados Unidos a lo largo de los años 1970 y 1980, incluido el escándalo Irán-Contra.
Moro se convirtió en objetivo de la CIA porque se volvió enemigo de poderosas facciones conservadoras del establishment estadounidense y por su intento de establecer una cooperación política directa con el Partido Comunista Italiano (PCI).
La central de inteligencia entregó armas y apoyo logístico a Brigadas Rojas, oficialmente responsables del secuestro y asesinato de Moro en 1978, así como a otros grupos terroristas internacionales que asesinaron a varios políticos.
Según el registro oficial, el presidente de la Democracia Cristiana Italiana fue secuestrado por este supuesto grupo terrorista de izquierda radical el 16 de marzo. Su cuerpo encontrado en la parte trasera de un Renault rojo en el centro de Roma el 9 de mayo.
En todo este esquema de intervenciones de la CIA hay que resaltar que se enmarcan en la Operación Gladio, una red de terroristas organizada por la OTAN y coordinada por la CIA y el M16 cuyo fin fue socavar a los opositores políticos y sembrar el terror a través de atentados, asesinatos selectivos, infiltraciones en círculos de izquierda, golpes de Estado e incluso masacres a cielo abierto, como las de Montejurra y Brabante, por ejemplo, en todo el continente europeo.