Israel rechazó una petición informal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para entregar inmediatamente vacunas contra el covid-19 a personal médico palestino y evitar un desastre sanitario, arguyendo que no hay suficientes dosis para sus propios ciudadanos.
El investigador Yanis Iqbal plantea que la justificación del Estado sionista no se sostiene:
El gobierno israelí ha comprado 10 millones de vacunas de la Universidad de Oxford-AstraZeneca que son suficientes para cinco millones de personas. Esto se suma a las vacunas ya compradas a Pfizer (8 millones, que son suficiente para 4 millones de hombres y mujeres) y Moderna (6 millones, que es suficiente para 3 millones de personas). Dado el hecho de que hay alrededor de 6 millones de personas en Israel mayores de 15 años (la vacuna no se administrará a los niños en este momento), la inmunización para la población israelí está completamente cubierta.
El gobierno de Benjamín Netanyahu ha promocionado la campaña de vacunación en Israel como “exitosa” por las más de 2 millones de inyecciones distribuidas desde finales de diciembre.
Se supone que la campaña incluye a ciudadanos árabes y palestinos que viven en el este de Jerusalén ocupado por Israel, sin embargo, solo el 20% de los palestinos mayores de 60 años y residenciados allí han sido vacunados, lo que contrasta con el 75% de los israelíes del mismo grupo de edad que han sido inmunizados.
Unos 2,7 millones de palestinos que viven en Cisjordania no han tenido acceso a la vacuna, al igual que tampoco los que viven en la Franja de Gaza, y es probable que no se entreguen hasta dentro de varias semanas o meses. Israel, que tiene esas zonas bajo control militar, sí ha vacunado a los colonos judíos en Cisjordania.
“Mientras los colonos de los asentamientos ilegales en tierras palestinas usurpadas tienen acceso a las vacunas, los palestinos de Cisjordania y Gaza siguen sin ser inmunizados (...) en un denominado apartheid sanitario”, dice un informe publicado por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Las vacunas de Oxford/AstraZeneca podrían ser trasladadas fácilmente a los territorios palestinos bajo ocupación israelí, por no necesitar una refrigeración especial, pero Israel no ha querido hacerlo.
Estas acciones violan el Cuarto Convenio de Ginebra de 1949, que en su artículo 56 estipula la responsabilidad que tienen las potencias ocupantes de garantizar la salud en el territorio ocupado: “con especial referencia a la adopción y aplicación de las medidas profilácticas y preventivas necesario para combatir la propagación de enfermedades contagiosas y epidemias ".
Por su parte, la Autoridad Palestina ha hecho gestiones para que lleguen suministros de la vacuna rusa. El 11 de enero, el Ministerio de Sanidad palestino aprobó el uso de emergencia de la Sputnik V y los primeros cargamentos podrían enviarse a partir del próximo mes desde plantas de producción asociadas en China, India o Corea del Sur.