El objetivo de Occidente de borrar culturalmente a Rusia del mundo ha llegado a niveles ridículos que rayan en lo absurdo. Ahora no solo excluyen a deportistas, músicos, científicos, entre otros, de toda competición o círculo donde destaquen, también sacan a los gatos rusos de competencias internacionales.

La FIFe (Fédération Internationale Féline) determinó que los gatos de propiedad rusa han sido prohibidos de la competencia internacional, también dictaminó que ningún gato de raza rusa puede ser importado y registrado en su libro de pedigrí fuera de Rusia. Si no fuera por la seriedad con la que se toman esas decisiones pensaríamos que es un chiste.

“La junta ejecutiva de la FIFe está conmocionada y horrorizada por el hecho de que el ejército de la Federación Rusa haya invadido la República de Ucrania y haya iniciado una guerra”, señaló este martes la federación con sede en París.

Suponemos que el objetivo de tal exclusión era que los gatos rusos se sumaran al duelo nacional y también ejercieran presión contra el Kremlin para que dé marcha atrás a la operación militar en Ucrania. El presidente Vladímir Putin, que ya estaba abatido por ser excluido de la Federación Internacional de Judo, donde era presidente honorario, debe sentirse acorralado, ahora sí, por tal decisión.

A Occidente no le queda otra salida que eliminar todo lo que huela a Rusia para lidiar con la frustración de que no puede hacerlo en el plano real, sobre todo si toman en cuenta que es el país más grande del mundo y militarmente más poderoso.