Mié. 18 Diciembre 2024 Actualizado Sábado, 14. Diciembre 2024 - 10:42

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Nord Stream 2 AG declaró que el gasoducto está casi 100% financiado (Foto: Nord Stream 2 / Axel Schmidt)

Nord Stream II: el proyecto euroasiático que EEUU desea romper

Charles de Gaulle en 1962 explicaba que Europa estaba dominada por el "federador exterior", haciendo referencia a Estados Unidos.

Esta semana, los gobiernos de Europa y Estados Unidos se toparon con el anuncio del embajador de Rusia en Alemania, Sergei Nechayev, sobre los 100 kilómetros que faltan para culminar la construcción del gasoducto submarino Nord Stream 2, estimando que pudiera ser a finales de septiembre a pesar de las condiciones climáticas.

Sin embargo, como el mercado del suministro energético de la Unión Europea (UE) es crucial para cualquier proveedor de energía, la imposición de "sanciones" extraterritoriales por parte de Estados Unidos no ha cesado, ya que buscan evitar y obstaculizar la construcción de ese gran proyecto gasífero.

Por ello, la finalización de la construcción del gasoducto Nord Stream 2 ya se ha retrasado más de un año desde el plan original. Nord Stream 2 como plataforma energética que conecta a Rusia con parte de Europa, y teniendo a Alemania como centro, enciende las alarmas estadounidenses debido a que su rango de acción se verá debilitado en la esfera geopolítica con el continente europeo.

Es simple: ese proyecto se enfrenta a una fuerte resistencia de Estados Unidos, porque éste suministra su gas licuado a Europa, así como de varios países europeos, en particular Polonia, que ven el proyecto ruso como una "amenaza" para su seguridad energética.

La Unión Europea es el socio comercial más grande de Estados Unidos en términos de su comercio bilateral total y lo ha sido durante las últimas décadas. En general, con datos de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de Estados Unidos, ese país importó 592 mil millones de dólares en bienes y servicios de la UE en 2016 y exportó 501 mil millones de dólares, equivalente a un 19% aproximadamente del comercio total de Estados Unidos.

En ese contexto, el politólogo Zbigniew Brzezinski en su libro El gran tablero mundial se refería a la zona euroasiática, pues Washington consideraba peligroso a Europa como competidor real en las aristas hegemónicas globales. Brzezinski resumía: para que Europa tenga un peso internacional significativo debía normalizar las relaciones con Rusia, y era esto lo que trata de evitar a toda costa la Casa Blanca.

Con una China tejiendo la Nueva Ruta de la Seda y ahora Rusia creando rutas de exportación de gas, con Nord Stream y el Turkish Stream, hacen ver a grandes rasgos que se están configurando nuevas reglas para el manejo de las relaciones internacionales, y esas ínfulas del excepcionalismo estadounidense van quedando mermadas y difusas ante las nuevas concepciones no injerencistas en el contexto del orden multipolar.

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Ruta del Nord Stream 1 y 2 (Foto: Gazprom)

Presiones a los participantes

Actualmente, un tercio de las exportaciones de gas ruso a Europa viajan a través de Ucrania. Como resultado, varios Estados de Europa Central son muy sensibles a las relaciones ruso-ucranianas.

A mediados de 2017, los socios de Occidente de la compañía rusa Gazprom acordaron ayudar a financiar el próximo gasoducto Nord Stream 2, incorporando más de mil empresas de 25 países a la planificación, ingeniería y construcción del sistema de tuberías. Dentro de esta planificación, cinco grandes empresas europeas se comprometieron a proporcionar financiación a largo plazo de un 50% del coste total del proyecto, que actualmente se estima en 9 mil 500 millones de euros, es decir, cada una de las empresas aportará hasta 950 millones de euros.

Representantes de diferentes empresas europeas como Shell y Wintershall Holding firman el acuerdo con Gazprom para Nord Stream 2_gazprom.png

Representantes de diferentes empresas europeas como Shell y Wintershall Holding firman el acuerdo con Gazprom para Nord Stream 2 (Foto: Gazprom)

Para enero de 2018, Alemania había concedido los permisos para la construcción del proyecto y las primeras partes del gasoducto empezaron a instalarse en julio de 2018. Esto permitió que Gazprom iniciara los preparativos para uno de los hechos políticos más controversiales de la era reciente de Europa.

Nord Stream 2 prevé la construcción de dos líneas de un gasoducto con una capacidad total de 55 mil millones de metros cúbicos de gas al año, desde la costa rusa a través del Mar Báltico hasta Alemania.

A simple vista, Nord Stream 2 mejoraría la seguridad energética de Europa, pero hay varias naciones de la Europa del Este que se han opuesto al proyecto. No obstante, la realidad plantea que en las próximas décadas, al dificultarse la obtención de energía, el gas natural, ruso y de otros países, seguirá siendo el combustible más conveniente y más barato para mantener las condiciones de consumo que se acostumbran en la actualidad.

El proyecto tiene una oposición firme y activa por parte de Estados Unidos, así que es necesario repasar las amenazas y "sanciones" más relevantes al respecto.

  • A finales de 2019, el Senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley de presupuesto de defensa para el año fiscal 2020, titulada Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), que obligó a la administración a imponer "sanciones" a los oleoductos Nord Stream 2 y Turkish Stream.
  • Allseas, una de las principales empresas de construcción submarina y de tuberías en alta mar del mundo con sede en Suiza, participaba en el megaproyecto, colocando las tuberías para el gasoducto, y tras el anuncio de la entrada en vigor de la NDAA, a través de su portal web, informaba la suspensión de las obras: "En previsión de la promulgación de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), Allseas ha suspendido sus actividades del gasoducto Nord Stream 2".
  • Esta empresa suiza tenía el riesgo de que le fueran bloqueadas todas sus transacciones realizadas a través del sistema financiero estadounidense, con la incautación de bienes en la jurisdicción del país, incluida la sede de la filial de Allseas USA en Houston, Texas, así como el congelamiento de activos financieros en bancos estadounidenses y la detención de buques o materiales de la empresa en el territorio o en las aguas territoriales de los Estados Unidos.
  • La Ley Protección de la Ley de Seguridad Energética de Europa (PEESA, sus siglas en inglés) se promulgó a finales de 2019 y avala al Departamento de Estado norteamericano a prohibir, sancionar y restringir a empresas o personas extranjeras que se dediquen a la colocación de tuberías al Nord Stream.
  • Wintershall Dea detuvo el financiamiento a Nord Stream 2. La compañía tenía previsto invertir hasta 950 millones de euros, pero se detuvo en 730 millones de euros, debido a las nuevas "sanciones" de Estados Unidos contra el proyecto.
  • En julio de 2020, el Departamento de Estado amplió su cobertura en la Ley de Lucha Contra los Adversarios Estadounidenses Mediante Sanciones (CAATSA, sus siglas en inglés). Se establece que esa instancia gubernamental puede sancionar a cualquier empresa o persona extranjera que participe en inversiones, en el despliegue de tuberías, en la aplicación de servicios o en el transporte de Nord Stream 2.
  • El secretario de Estado Antony Blinken calificó hace un par de meses al proyecto energético de Rusia y Europa como un "un mal negocio" y advirtió que cualquier entidad involucrada en el oleoducto Nord Stream 2 corre el riesgo de sufrir "sanciones" estadounidenses y debería abandonar inmediatamente el trabajo en el gasoducto.
  • En abril 2021, se aprobaron "sanciones" a la empresa Nord Stream 2 AG, operador de la construcción del gasoducto Nord Stream 2, y al director Matthias Warnig.

A esto se le suma a que las medidas coercitivas unilaterales estadounidenses también han estado en vigor contra las empresas que brindan servicios de seguros y certificación al proyecto. Las restricciones también se aplican a las empresas que prestan servicios para la modernización o instalación de equipos de soldadura en los buques que participan en la construcción, así como su modificación o reacondicionamiento. Por ejemplo, la empresa de certificación internacional DNV GL, la empresa de ingeniería danesa Ramboll y la aseguradora suiza Zurich Insurance Group ya se han negado a participar en Nord Stream 2 debido a la presión de Estados Unidos.

A principios de año, el portavoz del Departamento de Estado Ned Price informó, jactándose, que al menos 18 empresas han rescindido su participación en el oleoducto Nord Stream 2 o se han comprometido a retirarse del proyecto por amenazas de "sanciones" estadounidenses.

"Esto demuestra que los objetivos legislativos y nuestras acciones han tenido éxito, seguimos monitoreando a las empresas involucradas en actos potencialmente sancionables", dijo Price.

Para ese entonces, el entonces vicecanciller alemán Sigmar Gabriel y el excanciller austriaco Christian Kern solicitaron una enmienda al proyecto de ley aprobado por el Senado de Estados Unidos para endurecer las "sanciones" antirrusas en el campo de la energía. Ambos rechazaron la medida unilateral y argumentaron que representa una amenaza para las empresas europeas involucradas en el desarrollo del suministro energético de Europa.

Con este arsenal de "sanciones" intentando mellar a tan importante proyecto de energía, que hasta ahora solo ha logrado crear tensiones geopolíticas o retrasar el proceso de construcción, hoy por hoy nos encontramos ante otra realidad: el Nord Stream 2 entrará en funcionamiento. Así que las posibilidades de que la guerra sancionatoria alrededor de Nord Stream 2 continúe después de que la construcción del gasoducto finalmente haya terminado parecen ser altas.

Solo les queda aplicar el manual caduco y retrógrada de más medidas coercitivas unilaterales o atacar de otras formas al gasoducto cuando esté activo, tanto de forma directa como agresiva-pasiva. De hecho, no sería extraño que al terminar el Nord Stream 2, el campo de los conflictos se trasladara a Ucrania, donde intentarán crear fuertes tensiones contra Rusia.

De esta manera lo afirmó el director general adjunto del Fondo Nacional de Seguridad Energética, Alexéi Grivach, recién aplicadas las "sanciones" a la deuda nacional de Rusia en abril: "Estados Unidos se dio cuenta de que las 'sanciones' no podrían detener la construcción de Nord Stream 2, pero ahora tratará de evitar que el gasoducto funcione a plena capacidad".

Enviado especial y elecciones en Alemania

El diario estadounidense Politico informó que la Casa Blanca está discutiendo la candidatura de un enviado especial de Estados Unidos, que lideraría las negociaciones para detener la construcción de Nord Stream 2.

El papel de enviado se le ofreció a un asesor cercano del presidente Joe Biden, y claro está, de Barack Obama: se trata del exenviado especial del Departamento de Estado para Asuntos Internacionales de Energía, Amos Hochstein. Su candidatura fue propuesta extraoficialmente por el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.

El posible nombramiento de un enviado especial refuerza la táctica de injerencia en los asuntos de otras naciones.

De hecho, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, comentó sobre el posible nombramiento de un enviado especial de Estados Unidos: "Al parecer, debido a que ya no participan en el Tratado de Cielos Abiertos (…) nombrando a un representante especial para poner fin al proyecto del gasoducto Nord Stream 2. Solo va a viajar y amenazar a todo el mundo".

En esto lo acompañó el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, afirmando que:

"Por supuesto, enviados especiales para un proyecto que no tiene nada que ver con Estados Unidos y que incluso se encuentra en otro continente probablemente es una prueba elocuente de lo que se llama injerencia en asuntos internos, una interferencia en los intereses económicos de otros países".

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Amos Hochstein, quien se desempeñó como enviado especial y coordinador de asuntos energéticos internacionales bajo la presidencia de Barack Obama, junto a Biden (Foto: AP Photo)

Ahora bien, en esta carrera geopolítica contra el reloj, cualquier cosa puede pasar. Estados Unidos también apuesta al lobby internacional dentro de las próximas elecciones alemanas, que están programadas para este mes de septiembre.

Armin Laschet, líder de la Democracia Cristiana (CDU) de Angela Merkel, ha restado importancia a las preocupaciones de Estados Unidos y los países de Europa del Este, como Polonia, que dicen que el gasoducto aumenta la dependencia de Europa del gas ruso.

Si bien este año Merkel ha sido cautelosa en las declaraciones sobre Nord Stream, su ala conservadora ha respaldado el oleoducto Nord Stream 2 al que se opone Estados Unidos. Su partido actualmente se encuentra a la cabeza en las encuestas y se considera que es probable que busquen una coalición con los ecologistas del Partido Verde que se prevé ocupen el segundo lugar. Ese partido mantiene la postura de que por razones climáticas y geopolíticas el Nord Stream 2 debería detenerse.

La conferencia climática auspiciada por la administración de Biden a finales de abril no es casual.

Reacciones de los aliados

Al cierre de 2019, la canciller alemana Angela Merkel rechazó las medidas coercitivas unilaterales estadounidenses y las calificó como injerencia interna, además de perjudicar a empresas europeas y alemanas. En adelante, Merkel creó Zonas Económicas Exclusivas para proteger a las empresas alemanas y así continuar con la construcción del proyecto.

Es pertinente señalar que el Nord Stream 2 contribuirá a que Alemania sea un garante de la seguridad energética de la UE, debido a que desde Alemania parte de los gases serán distribuidos a otros países europeos. No se puede descartar que las "sanciones" contra el proyecto ruso-alemán están destinadas también a socavar, esencialmente, la creciente influencia de Alemania en la región europea.

Autoridades y representantes de las empresas en cuestión han expresado sus posturas y también han generado proyecciones sobre los beneficios y ventajas de ese proyecto. A saber:

  • Wintershall Dea, principal empresa independiente de gas y petróleo de Europa, que a pesar de parar el financiamiento a cierto punto, esperan que Nord Stream 2 esté operativo lo antes posible, Europa lo necesita, dijo el miembro de la junta directiva, Thilo Wieland. Según Wieland, los suministros de gas de Rusia son la columna vertebral del sector energético de Europa y seguirá siéndolo en el futuro. Enfatizó que Nord Stream 2 ayudará a aumentar la liquidez del mercado, fortalecerá la resiliencia de la infraestructura europea y garantizará la estabilidad de los precios de la energía.
  • El jefe de la OMV austriaca Rainer Seele infiere que Nord Stream 2 tendrá un efecto positivo tanto en la la competitividad de la UE, así como la seguridad energética de la UE a medio y largo plazo, frente a la disminución de la producción de gas de la UE. Insistió en que están convencidos de que al menos un tercio de los volúmenes de gas que requerirá Europa se abastecerá a través del gasoducto Nord Stream 2.
  • Al mismo tiempo, dice Artem Lyutik, director de la compañía de inversiones Univer Capital, ha explicado que el nuevo gasoducto es beneficioso no solo para Rusia, sino también para la UE debido al precio relativamente bajo del gas del gasoducto. Y asegura que "hoy ya se están desarrollando medidas para proteger el proyecto del impacto de las 'sanciones' estadounidenses".

Las ventajas del Nord Stream son ostensibles, y más en unos años, pues se observarán más beneficios porque irá cesando la producción en el campo de gas más grande de los Países Bajos y una reducción en la producción de gas en el Reino Unido, Dinamarca y la propia Alemania.

Por ende, se destacan algunas aristas en el marco de los intereses que van orbitando en esta dinámica geopolítica:

  • Los planeados 55 mil millones de metros cúbicos de gas por año corresponden a la producción anual total de Holanda, el tercer mayor proveedor de gas de Alemania. Sin embargo, pronto los holandeses ya no serán proveedores. El gobierno decidió reducir la extracción de gas a partir de 2022 y detenerla completamente hasta el año 2030. También el segundo país con las mayores exportaciones de gas, Noruega, exportará menos en el futuro.
  • Nord Stream 2 le costaría a Ucrania aproximadamente de 2 a 3 mil millones de dólares en pérdidas a medida que los volúmenes de tránsito se desplacen de Ucrania a Nord Stream 2.
  • Asimismo, Ucrania y Polonia tampoco apoyan el proyecto, debido a que pierden millonarias tarifas de tránsito por el paso.
  • A Alemania, Francia y Austria les gustaría deshacerse de los costes innecesarios de los pagos a los países de tránsito y conseguir así recursos energéticos más baratos para estimular el crecimiento de su PIB. Es lo más anhelado por cualquier país que importe energía.
  • El gas ruso representa actualmente alrededor de un tercio del consumo de gas de la UE. Pero la cantidad de gas ruso que importará Europa en el futuro dependerá de la competencia entre el gas ruso y otras fuentes como el GNL.
  • El gasoducto en alta mar se conectará al mercado interior de la UE en la llegada a tierra alemana, desde donde fluirá el gas en cualquier lugar de la UE que se necesite, a los precios establecidos por el mercado.
  • En el marco de la famosa transición energética, este gasoducto puede comenzar a utilizarse para transportar hidrógeno ruso a Europa.
  • Desempeñará un papel clave en la implementación de una estrategia a largo plazo para la descarbonización de Europa, que multiplica la importancia del proyecto para la UE en el futuro, no durante años sino décadas. Al mismo tiempo, el gasoducto reduce la importancia de Ucrania para este propósito.

En definitiva, el gas natural ruso representará una parte importante de los mercados europeos y mundiales. Sin caer en romanticismos, Europa compra cada vez más gas natural licuado y, realmente, como bloque aún no está preparada para defender el proyecto por las repercusiones de Estados Unidos.

Éstas cortan el acceso al sistema financiero, fundamental para operar como una empresa global. Esto podría motivar a Berlín a apoyar los esfuerzos de otros países sancionados para construir soluciones al sistema financiero de Estados Unidos, lo que debilitaría el poder estadounidense.

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