El sábado 13 de abril autoridades del gobierno de la República Islámica de Irán dieron por concluidas las acciones militares de su operación “Promesa verdadera”, con las que lograron impactos precisos mediante misiles balísticos a dos bases aéreas de importancia (Navtaim y Pivatim), bajo un enfoque de ataque limitado. Teherán invocó el Artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas alegando “legítima defensa” por el embate perpetrado por Tel Aviv a su consulado en Damasco el 1.o de abril pasado. Al dar por concluida la acción, Irán traslada ahora a Israel las posibilidades de la prolongación de la crisis y de una eventual escalada.
La República Islámica recalcó que si Israel efectuaba algún tipo de ofensiva militar, habría nuevas represalias. También advirtió a Estados Unidos que, de apoyar cualquier respuesta de Israel, sus bases militares en la región serán calificadas de blancos militares legítimos y serían atacadas. La Casa Blanca, por su parte, habría adelantado a Israel que no apoyaría sus acciones de respuesta contra Irán. John Kirby, el principal portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, declaró el domingo al programa "This Week", de la cadena ABC, que Estados Unidos seguirá ayudando a Israel a defenderse, pero no quiere una guerra con Irán.
En el Consejo de Seguridad de la ONU el tema fue debatido el día domingo 14. Ahí se presentó el desahogo de Israel, de Irán y de países occidentales, pero no se alcanzó la aprobación de una propuesta de resolución. La reunión contó con la asistencia del secretario general de la Asamblea General, Antonio Guterres.
Los principales elementos de la discusión fueron, por un lado, la parálisis del propio ente dado que una falta de postura final por parte del Consejo sobre la vulneración de Israel a la sede consular persa en Damasco habría sido parte de las razones que empujaron a Irán a responder de acuerdo al Artículo 51 de la Carta de la ONU.
En segundo lugar, Irán y Estados Unidos, así como el resto de los países en el Consejo, manifestaron la necesidad de desescalar la crisis y evitar un conflicto superior. No así Israel, que centró su narrativa en señalar a su adversario sin asumir responsabilidades por el ataque a la sede diplomática suelo sirio. De igual manera, Israel invocó el uso de más presiones económicas contra Irán y matizó la necesidad de una respuesta militar.
Este lunes 15 de abril el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, convocó nuevamente a su gabinete de guerra para evaluar la situación y tomar decisiones sobre cualquier acción en respuesta al contraataque con drones y misiles efectuado por Irán este fin de semana. El órgano ya se había reunido el domingo, pero no se informó de decisiones más allá del anuncio formulado por el ministro del Gobierno de Guerra, Benny Gantz, de que Israel responderá "cuando sea el momento adecuado".
Según medios israelíes y extranjeros, la advertencia de Washington de no apoyar a Tel Aviv en acciones que signifiquen una escalada de la crisis estaría condicionando el tipo de acción que tendrá Israel. Además, según diversas fuentes, no hay consenso en el gabinete de defensa israelí para definir cómo sería la operación militar.
Se podría estimar que los posibles ataques de Israel sean indirectos, es decir, reproduciendo contra lo que consideran "fuerzas proxies de Irán" en Líbano, Siria o Yemen, con lo que se evitaría una confrontación “Estado contra Estado”. Esto implica un escenario casi invariable a las condiciones de semanas anteriores, pero también supone la continuidad de la crisis y agotamiento sistemático de las condiciones de seguridad en la región.
Elementos sobre el contexto económico y precios del petróleo
A pesar de las especulaciones que se generaron tras la Operación "Promesa verdadera", la semana del 15 de abril inició sin reportar aumentos significativos en el precio petrolero en las bolsas de los países occidentales. De hecho, el Brent Last Day Financial marcó un precio de 89,83 USD/Barril, lo que más bien implica una caída de 0,62 (0,69%). Por su parte la cesta OPEP alcanzó 90,77 USD/Barril, lo que representa un aumento de 0,15 USD (0,17%).
Estos datos no deben considerarse atípicos. Están dentro del margen de comportamiento del mercado durante las últimas semanas, lo que hace ligeramente más valiosos los crudos de Asia Occidental por diversas razones asociadas a la crisis de seguridad que se ha registrado desde octubre.
Recordemos que los principales elementos de la crisis de seguridad son las acciones genocidas de Israel contra Gaza, que han acelerado la tensión militar en la susodicha región, seguidamente por la respuesta de Hezbolá desde Líbano y de los hutíes en Yemen, quienes han caotizado las rutas de suministro mercante favorable a países occidentales en el estrecho de Mandeb y el mar Rojo.
A diferencia de otros momentos, cuando cualquier señal de crisis se reflejaba de manera impactante en los precios del crudo, en tiempo presente diversos factores han coadyuvado a controlar la inestabilidad. Destacamos, primero, las políticas coordinadas de la OPEP+, y en segundo momento la actividad de los países no asociados a esa alianza comercial, los cuales están ofreciendo productos bajo coordinación de la política estadounidense de mantener bajos precios.
La Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) espera que este año el suministro mundial de petróleo y otros líquidos aumente en Estados Unidos, Canadá, Brasil y Guyana —mediante usurpación de aguas disputadas con Venezuela—, lo que compensaría parcialmente los recortes voluntarios de producción a corto plazo de los países que participan en el acuerdo OPEP+.
Sobre las expectativas del mercado petrolero en el corto plazo es necesario recalcar que si las tensiones entre Irán e Israel disminuyen y las instalaciones petroleras y las rutas de exportación siguen siendo seguras, los fundamentos del mercado se mantendrán equilibrados, según refiere Sara Vakhshouri, presidenta de la firma consultora SVB Energy International.
Según esta firma, la OPEP+ ha indicado que están observando la trayectoria de crecimiento de la demanda para el verano y probablemente estén listos para ajustar la oferta, si es necesario. Hasta ahora sus recortes proactivos han asegurado capacidad excedente, lo que ha calmado las preocupaciones en el mercado en medio de la agitación geopolítica.
El escenario actual sugiere que una nueva arremetida de Israel, que implique nuevas represalias de Irán, desembocará en un recrudecimiento de la crisis. Ante la declaración de las partes, que insisten en querer evitar este cuadro, la seguridad de Asia Occidental se fija sobre la cuerda floja inferida por la discrecionalidad de los países en sus decisiones geopolíticas y militares.
Israel ha insistido que la represalia de Teherán es una "declaración de guerra", por lo cual prejuzgan un escenario en el que se ven obligados a actuar. Pero no hay claridad sobre el tipo de respuesta, hasta los momentos.
El precio petrolero ya ha escalado a 90 USD/Barril (cesta OPEP) pese a la adecuada oferta de producto y pese a un contexto económico ralentizado —desaceleración del crecimiento— en China, Europa y Estados Unidos. Hasta ahora las políticas de aumento de las tasas de interés en Europa y Estados Unidos no han generado mayores efectos y las condiciones de estímulo siguen siendo limitadas.
Entonces, las principales razones del aumento del crudo son claras desde el mes de octubre. El incremento del precio petrolero ha sido progresivo y constante, aunado a la crisis de seguridad regional en Asia Occidental y el aumento de los costos de la actividad mercante asociada al debilitamiento de la seguridad en el mar Rojo y la sequía en el canal de Panamá. Estos elementos catalizadores persisten.
El único factor que les haría ceder sería el fin de las hostilidades en Gaza. Supone un cese al fuego que desemboque en un cese de operaciones militares tanto de fuerzas regulares (Israel e Irán) como de fuerzas del Eje de la Resistencia (en Gaza, Líbano, Irak y Yemen) a escala regional.
Sin embargo, Israel no asume una política coherente que se traduzca en una disposición al alto al fuego en Gaza. Este factor se sigue difiriendo, la crisis se sigue extendiendo y seguirá generando repercusiones económicas.
¿Qué esperar?
La crisis de seguridad en la región podría sufrir una transformación en virtud de que Irán se posicionó como una verdadera fuerza de contención con capacidades militares efectivas frente a Israel, ofreciendo un nuevo contrapeso y alterando la correlación de potencias regional. Irán ha desafiado a Occidente, específicamente a Estados Unidos. Ha logrado una disuasión estratégica creíble y demostrada de forma efectiva. Estados Unidos prefiere, por ahora, acudir a otras vías de presión y prescindir de acciones marciales contra Irán, directas o a través del apoyo a Israel.
Israel debe elegir entre asumir y prolongar un conflicto de múltiples variables y lidiar con sus consecuencias (militares, económicas, políticas), o reconocer su orgullo herido como potencia militar regional otrora "inexpugnable". Su "cúpula de hierro" fue debilitada, su poder militar ha sido humillado frente a las naciones, y Washington les insta a aceptar el golpe. Es una situación inédita para ellos en era reciente.
El Reino de Jordania colaboró con las potencias occidentales, como Estados Unidos, Reino Unido y Francia, a detener misiles balísticos y drones iraníes que iban contra Israel. Aunque Jordania es señalado por una parte del mundo árabe, el país es coherente con su alineación a Occidente, que no es sorpresiva en lo absoluto.
En un sentido inverso parece inscribirse Arabia Saudita. El Reino de la Casa Al-Saud en su pronunciamiento sobre los hechos no condenó a Irán, su hasta hace poco enemigo existencial. Llamaron a las partes a la sindéresis. Hay fuentes contradiciéndose sobre si Arabia Saudita ayudó a derribar misiles desde Yemen en dirección a Israel. Medios israelíes aseguran que sí participaron en derribos, mientras que Arabia Saudita solo ha señalado una llamada telefónica entre los responsables del gobierno de su país e Irán para discutir la crisis.
Catar y Kuwait, de manera previa a los eventos, habían prohibido el uso de sus cielos y el uso de bases militares extranjeras en su suelo para aplicar acciones contra Irán.
Estos elementos sugieren que los consensos, alianzas y posturas entre los países de Asia Occidental también se están modificando en el marco de los eventos sobrevenidos desde octubre. El 13 de abril Irán impuso un nuevo hito.
La situación de conjunto, a modo circunstancial, mejoraría la posición de Venezuela para mediar su política energética frente a Estados Unidos, ya que un endurecimiento de las sanciones petroleras en los próximos días contra PDVSA podría desestabilizar un equilibrio delicado de mercado y generar un nuevo impulso a los precios internacionales que debilitarían el manejo de la inflación y del costo de la gasolina de la Administración Biden, en plena carrera por su reelección.