Francia históricamente fue reconocida, junto con Inglaterra, como una de las grandes potencias colonizadoras que se epandieron desde Europa. Además de las implicaciones sangrientas, con el tiempo su poder de influencia cultural y militar permaneció más allá de la ocupación y extracción de riquezas en África.

En ese continente llegó a ocupar Argelia, Túnez, Marruecos, Mauritania, Senegal, Sudán francés, Mali, Guinea, Camerún, Costa de Marfil, Níger, Alto Volta (Burkina Faso), Gabón, Congo Medio (ahora República del Congo), Ubangui-Chari (ahora República Centroafricana), Chad, Somalilandia (ahora Yibuti), entre otros.

Tras el creciente repudio hacia sus antiguos colonizadores, y sobre todo luego del golpe de Estado en Níger, los senadores franceses le enviaron una carta abierta al presidente Emmanuel Macron donde expresan su descontento por la pérdida de influencia de su país en sus antiguas colonias:

"Durante varios años hemos cuestionado a nuestros sucesivos gobiernos sobre el lugar y el papel de Francia en África. Contentarse, como han hecho algunos ministros, con calificarnos de nostálgicos por la Françafrique es una aberración que ha servido para ocultar fracasos y contratiempos", señala la misiva, y alerta que este movimiento en el África subsahariana 'se está extendiendo con manifestaciones y actos antifranceses, incluso en países conocidos como cercanos a nosotros, como Costa de Marfil o Senegal'".

Refieren que la Françafrique, cuyo significado combina las palabras francesas Françe y Afrique, y es usada para denotar la relación del país europeo con sus antiguas colonias de la región, ha sido reemplazada por la Russafrique militar, por la Chináfrica económica o por la América diplomática.

Todo indica que los cerca de 90 senadores siguen anclados a la imagen de Francia proyectada en el siglo XIX, época cuando sin duda eran una potencia colonizadora. Pero además denota el hecho de que Francia continúa su declive en África, y apenas su clase política se está dando cuenta.