Para entender la dimensión del tema traemos a colación este excelente hilo del bloguero, investigador y analista militar Big Serge, traducido a continuación:

No se puede entender por qué el Día de la Victoria es la festividad secular más importante de Rusia sin tener una idea de cuánto perdió la Unión Soviética (URSS) en la Guerra Nazi-Soviética.

La Guerra Nazi-Soviética fue el conflicto bélico terrestre más grande jamás librado. Mi bisabuelo sirvió en el ejército estadounidense y fue teniente en Omaha Beach, por lo que nunca minimizaría la valentía de los estadounidenses en esta guerra. Sin embargo, el punto focal de los hechos fue el este.

Aproximadamente 80% de las bajas de la Alemania nazi fueron sufridas durante el enfrentamiento con el Ejército Rojo. En la Unión Soviética fue donde se desgastó la Wehrmacht y finalmente donde fue destruida. Esta fue una enorme hazaña histórica mundial del pueblo soviético, pero tuvo un costo horrible.

El Ejército Rojo derrotó a la Wehrmacht en dos fases de guerra. En la primera Alemania tuvo iniciativa operativa y la URSS libró una defensa desesperada. En la segunda fase el Ejército Rojo pasó a la ofensiva y destruyó la atrofiada Wehrmacht.

Durante la fase defensiva el factor bisagra fue la capacidad de la URSS para movilizar un gran número de reservistas entrenados y desplegar nuevas unidades. Entre junio y diciembre de 1941 los soviéticos contaroncon 14 millones de reservistas, 5 millones solo a fines de junio.

La inteligencia alemana estimó que el Ejército Rojo podría levantar y desplegar 40 divisiones nuevas en respuesta a la Operación Barbarroja. ¿El número real? Unos 800. Uno de los grandes fallos de inteligencia de todos los tiempos. Por eso perdió Alemania.

Es difícil entender la magnitud de este conflicto. Al final de la guerra aproximadamente 35 millones de hombres habían servido en el Ejército Rojo en alguna capacidad. Las bajas en el campo de batalla fueron igualmente horribles.

Obtener un número preciso de bajas del Ejército Rojo es imposible pero las mejores estimaciones son que los soviéticos perdieron algo así como 10 millones de hombres muertos o desaparecidos, incluidos 3 millones que murieron de hambre deliberadamente en campos de prisioneros de guerra. Además, unos 18 millones de personas resultaron heridas.

Las bajas civiles fueron aún más significativas. Los alemanes libraron una guerra brutal y animal. Los judíos soviéticos fueron fusilados en fosas al aire libre. Un millón de personas murieron de hambre en Leningrado. En total cayeron alrededor de 15 millones de civiles soviéticos.

Cuando las muertes en combate del Ejército Rojo se agregan al número de muertos civiles obtenemos pérdidas soviéticas totales de aproximadamente 25 millones de personas. La población de la URSS antes de la guerra era de 200 millones.

• Uno de cada ocho ciudadanos soviéticos fue asesinado en un lapso de cuatro años.

La destrucción física del país fue igualmente catastrófica. Cerca de 1 mil 700 pueblos y ciudades fueron completamente destruidos, además de 70 mil aldeas —esta cifra no es una errata—. Las principales ciudades que cayeron bajo la ocupación alemana fueron devastadas.

En Minsk, por ejemplo, 80% de los edificios de la ciudad fueron completamente destrozados al final de la guerra. Solo 19 de las 332 fábricas principales de la ciudad sobrevivieron. Según una famosa estimación, la guerra destruyó un tercio de la riqueza de la Unión Soviética.

Es obvio por qué la Gran Guerra Patria es ahora un punto focal de la conciencia nacional rusa. Fue, literalmente, la mayor tragedia que le haya sucedido a la nación, al mismo tiempo que fue el mayor triunfo. Una dualidad de victoria y devastación.

Con tanta muerte, dislocación y devastación física esta guerra afectó a todos los ciudadanos soviéticos de alguna manera. Era un fenómeno universal; nadie estaba alejado del conflicto. Todos perdieron un hijo, un hermano, un padre, un tío, un primo, un amigo, un hogar.

Este pueblo no puede y no olvidará esto. El pueblo soviético logró la victoria icónica de todos los tiempos: La desviación y luego la destrucción de la máquina de guerra nazi. Pero les costó océanos de sangre.

Coda: "Los invasores alemanes quieren una guerra de exterminio contra los pueblos de la Unión Soviética. ¡Muy bien entonces! Si quieren una guerra de exterminio, la tendrán": Stalin, 7 de noviembre de 1941.