Desde los eventos del 11 de septiembre del 2001 (que llevaron a la invasión de Afganistán) hasta la actualidad, el gasto del gobierno estadounidense destinado al Departamento de Defensa ha alcanzado la cifra de más de $14 billones, y entre un cuarto y un tercio del dinero ha ido a parar en manos de un reducido grupo de contratistas militares.
La información aparece en un documento publicado por el Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown. En unos casos, las empresas obtuvieron los beneficios de manera legítima, pero en muchos otros casos fueron resultado de “prácticas empresariales cuestionables o corruptas que equivalen a despilfarro, fraude, abuso, exageración de precios o especulación”.
- ¿Quiénes lideran la lista de privilegiados con dinero para la guerra? Lockheed Martin, Boeing, General Dynamics, Raytheon y Northrop Grumman.
- El Pentágono otorgó a Lockheed Martin $75 mil millones en contratos en el año fiscal 2020, lo que representa más de una vez y media el presupuesto total del Departamento de Estado y la Agencia para el Desarrollo Internacional en ese año, que sumó $44 mil millones.
- Los fabricantes de armas han gastado $2 mil 500 millones en cabildeo durante las últimas dos décadas, empleando, en promedio, más de 700 cabilderos por año durante los últimos cinco años. Eso es más de uno por cada miembro del Congreso de EEUU.
- En 2011, la Comisión de Contratación en Tiempo de Guerra en Irak y Afganistán estimó que el desperdicio, el fraude y el abuso totalizaron entre $31 mil millones y $60 mil millones.