El miembro principal de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, el republicano Michael McCall, ha publicado un informe sobre los orígenes del COVID-19 en el que apoya la teoría de la “fuga de laboratorio” para acusar a China y justificar sanciones en su contra.

McCall declaró:

Mientras seguimos investigando los orígenes de la pandemia de COVID-19, creo que es hora de descartar por completo el mercado como fuente del brote. En su lugar, tal y como expone este informe, la preponderancia de las pruebas demuestra que todos los caminos conducen al Instituto de Virología de Wuhan.

El legislador estadounidense instó a los dos partidos del Congreso a realizar una investigación conjunta.

El informe de McCall dice que el Instituto de Virología de Wuhan podría haber estado trabajando en virus modificados genéticamente y señala una posible falta de seguridad en este centro de investigación.

Además, McCall asegura que en el verano de 2019, el instituto estaba buscando especialistas para actualizar la desinfección del aire, el tratamiento de residuos peligrosos y los sistemas de aire acondicionado.

¿Hay evidencias que sustenten los señalamientos? Según el periódico The Hill, los autores del informe "no pretenden tener una prueba irrefutable para demostrar definitivamente sus afirmaciones", sin embargo, no es impedimento para solicitar la elaboración de una “respuesta legislativa (…) e imponer un coste a China".

Los autores piden que se introduzcan sanciones contra científicos del instituto y miembros del Partido Comunista Chino que diseñaron las medidas de prevención y contención del virus en los primeros días de la pandemia.

En julio, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció la segunda fase del estudio de los orígenes del covid-19. Esta fue rechazada por la República Popular China, argumentando que expertos de la OMS que viajaron hasta el laboratorio de Wuhan descartaron la posibilidad de una filtración desde allí.