La ayuda en seguridad que Estados Unidos le proporcionó a Ucrania desde 2014 no ha sido efectiva para detener el avance de la operación militar especial rusa, y eso se percibe en las batallas que se están desarrollando en suelo ucraniano. Pero, ¿por qué la ayuda fue limitada entendiendo el contexto y los involucrados en el conflicto?

Para Max Bergmann, del Center for American Progress, esto se debió a que la ayuda estadounidense no se centró en proporcionar armamento de alta gama, sino en tareas militares básicas como la formación y recomposición de todo el sistema de defensa.

A diferencia de la intervención de Estados Unidos en Medio Oriente, donde por ejemplo proporcionó sistemas de misiles Patriot, Ucrania ameritaba una estrategia diferente por dos razones.

• Por una parte, entregar armamento más pesado significaba una enorme provocación a Rusia;
• y, por otra, se corría el riesgo de que el país euroasiático obtuviera toda la información de inteligencia sobre el material de guerra entregado a los ucranianos.

Es por ello que Estados Unidos entregó los misiles portátiles antitanques Javelin y equipos útiles como radares antimorteros, que servían para atacar posiciones militares y civiles en el Dombás, pero no para detener fácilmente al ejército ruso. Además de eso, antes del Euromaidán en 2014, Estados Unidos no tenía a Ucrania en el panorama de la ayuda militar y financiera.

Bergmann dice que en el caso de Ucrania valió más la construcción del ejército antes que entregar mejores equipos de defensa:

"En el caso de Ucrania, las ambiciones se centraban en construir un ejército real y capaz. No un kit de lujo", refiere al tiempo que concluye que "es poco probable que podamos suministrar armas de alta gama que cambien el juego".

Estados Unidos tiene un largo historial de intervenciones militares y entrega de armamento a Estados-peones, pero sabe que no puede aplicar la misma fórmula todo el tiempo, sobre todo si la intervención es en un país vecino de Rusia.