No se sabe con precisión cuantas personas han desaparecido en Colombia desde que inició el Paro Nacional. Las personas comienzan a gritar su nombre cuando están siendo arrestadas por las fuerzas policiales y militares. Algunas son grabadas por otros manifestantes que luego hacen circular esos videos en las redes para ubicar su paradero

Según el Instituto Samuel Robinson:

• El método de los manifestantes de gritar su nombre no es fortuito. Esto obedece a que muchos de quienes han sido reportados como arrestados, terminan desaparecidos, sin hallarse en centros de detención, hospitales o morgues.

• Ahora, diversas ONG han puesto a circular videos y se ha confirmado que al menos 4 personas, anteriormente detenidas, aparecieron muertas flotando en el río Cauca. Hay también imágenes de jóvenes detenidos que han aparecido luego muertos en una cuneta, por un supuesto accidente de tránsito. También se han reportado personas que aparentemente habían sido detenidas, decapitados y sus cabezas en bolsas.

• Las difusiones en redes han sido virales y difusas, y todo concurre en medio de una madeja de silencios, negaciones, contradicciones oficiales e incertidumbre.

La cifra de desaparecidos que presentó la Fiscalía General de Colombia el 24 de mayo es de 129 personas, mientras que dice que ya fueron halladas 290, pero hay organizaciones que contradicen los datos del ente judicial, como es el caso del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Paz (INDEPAZ) y la Defensoría del Pueblo

Días antes, la propia Defensoria del Pueblo de Colombia señaló la cifra de más de 500 personas desaparecidas, haciendo con ello una clara discrepancia entre los entes oficiales. Con 290 hallados y 129 desaparecidos, hay todavía unas 100 personas referidas por la Defensoría, acorde a denuncias, sin que se aclare su situación, indica el Instituto Samuel Robinson.

Recientemente, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, instó a Colombia a localizar las personas desaparecidas, pero ajustó el llamado de atención ante lo que evidentemente son violaciones sistemáticas a los derechos humanos, saludando la iniciativa del Gobierno de Iván Duque de "investigar las denuncias de abusos contra los manifestantes".

Es decir, es apreciable la imposición de un estado de sitio y guerra, mediante la aplicación de fuerza indiscriminada, desproporcionada y brutal, claramente evidenciada en el tratamiento de las manifestaciones con códigos y pertrechos de guerra, claramente fuera del canon de tratamiento a manifestaciones de desorden público. Como si se tratase de una guerra contra el pueblo.

El instituto deja abierta la pregunta, sabiendo el discurso agresivo del uribismo y su práctica de crear “enemigos y responsables en las FARC, el ELN y el chavismo”, de si estos desaparecidos son “los nuevos ‘falsos positivos’ hechos a medida de los eventos y con la marca de Iván Duque”.