El ex alcalde de Nueva York y abogado de Donald Trump, Rudy Giuliani, hizo una peligrosa acusación contra el Gobierno de Venezuela durante una entrevista en el canal de noticias Fox News.

Giuliani aseveró que Smartmatic, una empresa de votación electrónica que prestó sus servicios en elecciones pasadas en Venezuela, es “dueña” de Dominion Voting Sistem, una compañía canadiense que le proporciona software de elecciones a 28 estados de EEUU.

Según el abogado de Trump este supuesto vínculo, más el señalamiento sin prueba de que los fundadores de Smartmatic eran cercanos a Hugo Chávez, es suficiente para involucrar al Gobierno de Nicolás Maduro como un operador del “fraude electoral”, narrativa que impulsa un sector de los republicanos simpatizantes al actual mandatario estadounidense.

El pasado martes 12 de noviembre, Donald Trump denunció que Dominion había “borrado 2.7 millones de votos” favorables a él a nivel nacional, incluyendo 221.000 votos en Pensilvania que habrían sido contabilizados para Joe Biden.

El mismo día, la empresa canadiense emitió un comunicado negando “cualquier afirmación sobre cualquier cambio de voto o supuestos problemas de software con nuestros sistemas de votación”.

Dominion también aprovechó el espacio para aclarar lo que califica de “rumores” en torno al desempeño de sus máquinas de votación en los sistemas electorales de algunos estados. De ellos, el que más llama la atención es el de la relación que tiene la compañía con la Iniciativa Global Clinton, una fundación de Bill y Hillary Clinton.

En 2014 Dominion hizo una “donación filantrópica” a un proyecto de la Iniciativa Global Clinton sobre “proporcionar tecnologías de votación a democracias emergentes”. Según el comunicado, esta colaboración no significa que la Fundación Clinton tenga “influencia financiera ni participación en las operaciones de Dominion”.

Conociendo el historial de denuncias de fraudes contra Hillary Clinton, como por ejemplo el de haber amañado de las primarias en 2016 para ganarle a Bernie Sanders la candidatura demócrata a la presidencia, tiene mayor sustancia ver sus vínculos con Dominion como un indicio de un posible fraude electoral.

Sin embargo, Giuliani decidió proceder con la acusación de un agente externo, al mismo estilo del Russiangate lanzado por los demócratas cuando Donald Trump triunfó en las elecciones pasadas, ya que cumple con el perfil del “enemigo hostil” que ha sido construido para infundir temor en la población y evadir que los únicos responsables de la crisis política estadounidense operan en ese mismo territorio.

Con las acusaciones a Venezuela parece que se intenta, por un lado, darle más cobertura a la narrativa del fraude electoral, y por el otro, fabricar más falsos argumentos para seguir agrediendo a nuestro país.