Los precios de la energía se han disparado en los últimos meses, lo que aumenta la preocupación de que millones de europeos tengan que elegir entre pagar sus facturas y poner comida en la mesa este invierno.
Según él Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, 34 millones de trabajadores de la Unión Europea (UE) no podían costearse los servicios básicos como la electricidad o el gas en 2019. Actualmente, son 50 millones de personas las que han caído en la categoría de pobreza energética. Este número podría aumentar a 80 millones debido a la actual crisis de los precios de la energía combinada con el impacto de la crisis de COVID.
En paralelo, las compañías privadas que ofrecen el servicio de electricidad en los países de la UE se posicionan entre los primeros con mayores ingresos este año. Los primeros cuatro puestos de la lista los ocupan: EDF (Francia) con 78.700 millones de dólares, Enel (Italia) con 71.400 millones, E.on (Alemania) con 69.500 millones y Engie (Francia) con 63.600 millones. Iberdrola (España) ingresó al puesto número siete con una facturación de 37.800 millones.
Durante el mes pasado, el precio del gas volvió a romper el muro de los 100 euros por megavatio hora, alimentando nuevos temores de una escasez de suministros en Europa en el próximo invierno, en caso de que resulte particularmente fuerte.
Mientras tanto, la Agencia Federal de Redes de la República Federal de Alemania suspendió temporalmente el nuevo gasoducto Nord Stream 2 de Rusia dando razones meramente burocráticas, cuando el proyecto podría ayudar a evitar una crisis energética en el viejo continente. "El Bundesnetzagentur concluyó que sería posible certificar a un operador del gasoducto Nord Stream 2 solo si ese operador estaba organizado en forma legal bajo la ley alemana", anunció la agencia.